Asombrado, totalmente asombrado estoy con sólo leer alguno de los escritos de científicos actuales. En QUO, - una revista de divulgación muy interesante por cierto -, leo que la sombra viaja, se traslada, se mueve, a velocidad mayor que la luz. Y se me ponen como escarpias los cuatro pelos que me quedan.
Toda la vida con mi sombra a cuestas y ni cuenta me había dado de la velocidad "explosiva" que se dice ahora, de la sombra. Sí recuerdo, de mis trece años, las fintas a la sombra, intentando despegarme de ella; pero ya se sabe a los trece años se está un poco más cuerdamente loco que a otras edades. Y también recuerdo mis reflexiones místicas de por esos tiempos (el pleistoceno, claro); "…¿será Dios la sombra…? como está en todas partes…, menos en la oscuridad, claro; pero eso es porque la oscuridad es el Infierno y ¿cómo va a estar Dios en el Infierno? Sería una contradicción y Dios puede hacerlo todo menos lo que implique contradicción, por ejemplo, no puede hacer que un círculo sea cuadrado. Pues entonces no es Todopoderoso, y si no es Todopoderoso, no es Dios…, ¡como se lo pregunte al cura…!".
Pero no nos desviemos del asunto que iba de la sombra, de la mala sombra que tienen algunos, tanta que asombra. No es "actual" acusar a alguien de ser un "malasombra", que sería tanto como decir de él que estropea todo lo que toca. Como si la sombra fuera una prolongación de sí mismo. Y lo asombroso es que nos la tomamos a chufla y le hacemos canciones "Sombra del Nublo" de Bonet de San Pedro, "La sombra vendo", ambas, reliquias de una edad anterior a la mía incluso. La segunda se escucha aún en las emisoras de radio de Sevilla como motivo del anuncio publicitario de una casa de toldos; estos andaluces son capaces de darle la vuelta al idioma y poner la "gracia" que tienen los que la tienen, al servicio de vender hasta la sombra si es preciso.
El refugio de todas las cosas que no son claras es la sombra "acechar en la sombra" "emboscarse en las sombras" "moverse como una sombra", pero eso cuando está en reposo, que en movimiento…, en movimiento ¡a ver quién le echa un galgo…!; pero también es la expresión de las cosas buenas, "el que a buen árbol se arrima…" ¿será que la naturaleza de la sombra se deriva de la naturaleza del cuerpo que la produce? Eso parece deducirse del relato de aquella familia que era tan pobre que se alimentaba con mendrugos de pan por los que el padre, pobre, pasaba la sombra de una sardina. ¿Dependerá la naturaleza de la sombra de la luz que la produce? Porque en ese caso, si la sombra que untaba el pan con la esencia de la sardina era producida por el sol, quizás fuera mayor el sabor dejado en el mendrugo. ¿Ven? ya estoy diciendo cosas raras de nuevo.
Muy versátil sí que es la sombra; tanto que si la ponemos en diminutivo, se hace objeto de coquetería: "sombrilla". No se estila, ya sé que no se estila… llevar sombrilla, pero fue un adminículo importante en el lenguaje de los gestos femeninos allá por los años del siglo XIX, cuando el sol podía ajar la tez de las damas y de las damiselas. Luego ya no; luego a las mujeres no les ha importado nunca tomar el sol y ponerse bien tostadas (con lo buenas que están crudas, como decía aquél rapaz). Vuelta y vuelta, por delante y por detrás.
Oigan ¿asombrar será quitar la sombra?. Lo digo por aquello del prefijo a- como supresor . Menuda faena. La estupefacción que algo despierta en mí, me deja transparente, sin sombra. Pero eso es imposible; un hombre sin sombra, dejaría de ser un hombre. Y entonces ¿qué sería? ¿un alma? ¿un ángel? A partir de ahora voy intentar no asombrarme por nada, por si acaso.
¡Ah! ¿Y el sombrero? A vueltas de nuevo con la derivación, -ero, ese sufijo tan español, indica –entre otras cosas- oficio. Por tanto, el sombrero es el que hace sombra. Bueno, eso el sombrero honesto, que hay otros que hacen el ridículo como los que usa Su Graciosa Majestad. Esos sombreros serían argumento suficiente para hacerme republicano.
Pero cuando se ensombrece algo…¡uf! Y si algo es sombrío…¡vaya!. Hay que ver el poder de la sombra para matizar…
Nuestro idioma común, el español, tiene alguna que otra palabra preciosa derivada de sombra: verbigracia, sombrajo. Luego llegan los cultos y lo convierten en umbráculo, que tiene un final poco afortunado si es masculino, y glorioso en el caso de que se trate del de algunas mujeres. Pero lo de sombrajo frente al cultismo tiene más fuerza, más raigambre, más … sabor, claro.
Si será rápida la sombra que incluso Tolkien quiso emplear su nombre para denominar al paradigma de la velocidad: "Sombragris", no "Luzgris" ni "Rayogris", no; "Sombragris", que el autor sabía lo que se escribía.
El ensombrecimiento debería ser semejante al asombro, pero no; caprichos del idioma que quiere que ensombrecer tenga más que ver con sombrío, con no del todo bueno, con algo que oculta una trampa. Si añado ahora que con algo no claro, ¿incurriré en una tautología de esas que tanto castigan los habituales del pensamiento científico?. Pero cuando se ensombrece un semblante en un relato, no me negarán ustedes que lo que ocurre es que desciende una especie de nube que hace más triste el rostro al que aqueja.
Sol y sombra, además de ser una metáfora de las plazas de toros, puede ser…incluso un café. Porque en esta España nuestra –que sí, hombre, que toda es de todos- que da más de tropecientos nombres al café, no podía faltar una denominación en la que anduviera a vueltas nuestra amiga la sombra.
Se puede decir de un lugar que es sombrío o que es umbroso. Otra vez, la segunda denominación será más propia de los que hacen filtiré con el idioma mientras que los que usamos agujas esparteras emplearemos la primera. Pero no se puede aplicar el adjetivo con la misma impunidad a una persona. Un sujeto umbroso…, hay que echarle valor para fumarse esa tagarnina. En cambio, sombríos quidams los encontramos a la vuelta de una esquina.
Algún sombrío hay tan puesto en su papel, que mejor es tenerlo a la sombra, lugar no muy recomendable, ni siquiera en verano, aunque se esté fresquito. Y no es lo mismo "a la sombra" que "por la sombra", que indica admiración por suponer que, la persona a la que se dedica la frase "es un bombón" que se va a derretir al contacto con el sol. ¡Si es que no tenemos arreglo!.
Y, ya puestos en lo sombrío de la sombra, hay que ver cuando la sombra es alargada, el juego que da. El fallecido Gironella lo pudo comprobar con la del ciprés, pero también son alargadas las de la conspiración, la de los servicios secretos, la de Gassol...
Dicen en mi pueblo que lo que crece en la “umbría” se hace laaargo... , por eso es importante crecer, medrar, a la sombra de algo bueno.
Pero, hasta ahora, me he referido exclusivamente a la sombra autóctona, a la que da el sol de España (¡ole!) sin darme cuenta de que también hay sombras misteriosas y magníficas que pueden hacer soñar; las sombras chinescas. ¡Qué habilidad la de los mortales que son capaces de narrar una historia universalmente entendida, sin más auxilio que sus manos, un foco de luz, y una pantalla. Muchas noches del invierno de mi infancia, con las restricciones, he disfrutado viendo caras y animales proyectados en una pared haciéndome imaginar mucho más que la tele de nuestros pecados.
¿No será que todo esto de las sombras es lo que hay de real en nuestras vidas? ¿Será que no hemos aprendido aún el mito de la caverna?
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